El histórico tren Emperatriz 2816 llega a la Ciudad de México el próximo 7 de junio

Redacción

¿Eres fan del ferrocarril y la historia?, el próximo 7 de junio la locomotora de vapor Emperatriz 2816, conocida como «Empress» en inglés, llegará a la Ciudad de México desde Canadá.

Este evento marca una parada destacada en el Final Spike Anniversary Steam Tour organizado por Canadian Pacific Kansas City Limited (CPKC).

La Emperatriz 2816 es una locomotora de vapor histórica, fabricada en diciembre de 1930. Su último viaje antes de ser restaurada fue en mayo de 1960.

Después de una pausa prolongada, la locomotora fue puesta en funcionamiento nuevamente en 2001 y operó en Estados Unidos durante una década; tras la fusión de Canadian Pacific y Kansas City Southern, la locomotora fue retirada y almacenada.

En 2020, la locomotora fue sometida a una reconstrucción completa y renovación, preparándose para esta gira especial que celebra la fusión de las dos empresas ferroviarias, ahora conocida como CPKC.

La locomotora Emperatriz 2816 llegará a la Ciudad de México el 7 de junio y estará exhibida en la alcaldía Miguel Hidalgo, específicamente en la calle Ferrocarril de Cuernavaca y Av. Río San Joaquín, a una cuadra de la estación del metro San Joaquín de la línea naranja. La exhibición será gratuita y estará disponible para el público entre las 12:00 y las 14:00 horas.

La gira del Final Spike Anniversary Steam Tour comenzó a finales de abril en Calgary, Canadá. La locomotora ha recorrido varios puntos importantes en su trayecto hacia el sur, haciendo una parada notable en Laredo, Texas, el 28 de mayo.

Su última parada en México será la Ciudad de México, antes de regresar sin paradas a Winnipeg, Canadá.

El evento no solo celebra la rica historia ferroviaria sino también la creación de la ruta ferroviaria más extensa de América del Norte, operada por CPKC. Esta empresa es la única que conecta Canadá, Estados Unidos y México en una sola línea, operando aproximadamente 32 mil kilómetros de ferrocarril.

La Emperatriz 2816 es especial no solo por su historia, sino también porque, a diferencia de las locomotoras diésel, no hay dos máquinas de vapor iguales. Cada locomotora de vapor lleva las marcas únicas de sus fabricantes, lo que la hace una joya de la ingeniería ferroviaria.