La fauna silvestre invade Xalapa: ¿Quién es el verdadero invasor?

Yeid Alatriste

Xalapa, Ver.- En los últimos años, la presencia de animales salvajes en áreas urbanas de Xalapa ha generado preocupación entre los residentes y expertos en medio ambiente.

La bióloga Mariana Rebolledo ha explicado que este fenómeno es consecuencia directa de la invasión humana en los hábitats naturales. Este artículo examina las causas de este problema, las consecuencias para ambos, humanos y animales, y ofrece recomendaciones para manejar estas situaciones.

La aparición de animales en áreas urbanas de Xalapa se ha vuelto un fenómeno cada vez más común y preocupante. Según la bióloga Mariana Rebolledo, esta situación es consecuencia directa de la invasión humana en los hábitats naturales a través de la expansión de zonas habitacionales, centros comerciales, áreas industriales y carreteras.

Esta invasión ocurre frecuentemente sin un adecuado estudio de impacto ambiental, poniendo en riesgo tanto a la fauna silvestre como a los propios humanos.

Entre 2011 y 2014, Xalapa presentó una tasa de crecimiento poblacional de 1.12%, según cifras oficiales del Consejo Nacional de Población (CONAPO, 2014). Este crecimiento tiene orígenes multifactoriales, destacando el hecho de ser la capital del estado, así como sede de diversas entidades académicas públicas y privadas.

La demanda socioeconómica ha llevado a una continua sustitución de la cubierta vegetal original por unidades habitacionales, centros comerciales y edificios de todo tipo. Este acelerado crecimiento urbano ha dejado de lado los parámetros de sustentabilidad ambiental que podrían mitigar el impacto climático de tales transformaciones.

Así, se observa una alteración térmica ambiental en diferentes partes de la urbe (Barcelata, 2011; Programa de Acción Climática Municipal de Xalapa, Veracruz, 2016).

Rebolledo explica que el primer factor que se considera en estos proyectos es el «bienestar de la sociedad», dejando de lado la importancia de las especies que habitan en estos espacios naturales.

Sin embargo, la bióloga critica esta visión, subrayando que este supuesto bienestar también perjudica a los humanos. «Un ejemplo que todos notamos en días pasados fueron los aumentos de temperatura en la ciudad», comentó, resaltando que la destrucción de hábitats naturales puede contribuir al cambio climático y a las temperaturas extremas.

La invasión humana de estos hábitats obliga a los animales que no mueren a buscar sobrevivir en zonas urbanas, en busca de alimento, agua y refugio. Este desplazamiento genera situaciones en las que fauna silvestre se encuentra en áreas residenciales, generando preguntas sobre quién es el verdadero invasor: ¿los animales o nosotros?

Rebolledo indica que las acciones a tomar cuando se encuentran animales silvestres en áreas urbanas dependen de la especie y de la condición en que se encuentren. «Por ejemplo, si es un tlacuache, que es común en Xalapa, lo mejor es resguardarlo, darle agua y alimento si se conoce su dieta, y contactar a algún grupo especializado en manejo de fauna silvestre, como la Unidad de Manejo de Fauna de la Universidad Veracruzana», explicó.

Sobre el futuro de la fauna con el continuo crecimiento urbano, Rebolledo es pesimista. «La extinción es lo primero que se pensaría, ya que los recursos que los animales necesitan para sobrevivir se terminan. Sin embargo, existe evidencia de que algunos animales han logrado adaptarse a la urbanización. Generalmente, lo que un organismo busca es la supervivencia, por eso, aunque los animales vean riesgoso acercarse a zonas urbanas, lo hacen.»

La bióloga destaca que no todos los animales logran adaptarse. Por ejemplo, la mariposa 88, que solía ser común, ahora es rara de ver. Otros casos más graves son los del ocelote en Teocelo, que se encuentra cada vez más amenazado no solo por la urbanización sino también por la caza.

Rebolledo concluye haciendo un llamado a la responsabilidad y a la necesidad de considerar seriamente el impacto ambiental en los proyectos de expansión urbana, para proteger tanto a las especies locales como al bienestar humano a largo plazo.

La población total de Xalapa en 2020 fue de 488 mil 531 habitantes, una cifra que evidencia la necesidad de un desarrollo urbano más consciente y sustentable.

La situación en Xalapa es un claro recordatorio de la interdependencia entre humanos y la naturaleza. La expansión urbana sin planificación ambiental adecuada no solo amenaza la biodiversidad, sino que también pone en riesgo nuestra propia calidad de vida.

La bióloga Rebolledo invita a todos los sectores de la sociedad a trabajar juntos para crear un futuro donde la convivencia entre humanos y fauna silvestre sea posible, recordándonos que proteger el medio ambiente es, en última instancia, protegernos a nosotros mismos.

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