Los hipopótamos de Pablo Escobar: Una invasión inesperada en Colombia

Redacción

En un escenario que parece sacado de una película m, diversos hipopótamos, originarios del África Subsahariana, ahora deambulan por los márgenes del río Magdalena en Colombia.

Los últimos informes estiman que entre 130 y 160 ejemplares viven en libertad en esta región de América del Sur, y se proyecta que la población podría llegar a los cinco mil en los próximos años.

Esta situación tiene su origen en la excentricidad de uno de los narcotraficantes más notorios de la historia: Pablo Escobar.

En 1981, Pablo Escobar, entonces jefe del Cártel de Medellín, importó cuatro hipopótamos de un zoológico de Estados Unidos a su famosa Hacienda Nápoles en Antioquía, Colombia.

Según la revista de Conservación Natural “Oryx” de la Universidad de Cambridge, estos animales fueron mantenidos en un estanque en cautiverio.

Tras la muerte de Escobar en 1993 y el abandono de la hacienda, los hipopótamos escaparon, iniciando una serie de cambios ecológicos en el área.

Mientras otros animales de la hacienda fueron reubicados, los hipopótamos fueron dejados atrás, comenzando a vagar libremente cerca del río Magdalena, el principal afluente de Colombia.

El artículo “Posibles efectos ecológicos y socioeconómicos de la introducción de un nuevo mega herbívoro: el hipopótamo en Colombia”, publicado en diciembre de 2019 en la revista Oryx, aborda las múltiples implicaciones de esta invasión.

Los autores, Amanda L. Subalusky, Elizabeth P. Anderson y Juan F. Reátiga Parrish, advierten sobre los efectos adversos en el ecosistema local:

  • Compresión del fondo del río: Aumenta la retención del agua.
  • *mContaminación del agua: Las heces de hipopótamo afectan la calidad del agua, utilizada por fábricas, comercios y hogares.
  • Alteración de la flora y fauna: La presencia de estos herbívoros masivos cambia la dinámica de las especies terrestres y acuáticas.
  • Reducción de recursos: Un hipopótamo adulto consume aproximadamente 50 kilogramos de hierba al día, lo que disminuye los recursos para otras especies.

En 2006, cuando la Hacienda Nápoles fue transformada en un parque temático, se reportó la presencia de 16 hipopótamos.

Tres años después, la caza de un hipopótamo llamado “Pepe” por parte de cazadores inscritos en la Federación Colombiana de Caza desató protestas internacionales.

Según las proyecciones de los autores del artículo de 2019, la población de hipopótamos podría crecer entre un 7 y un 8% anualmente, alcanzando entre 400 y 800 ejemplares para el 2050.

Si la tasa de crecimiento llega al 11% anual, la población podría llegar a cinco mil hipopótamos para ese año.

A pesar de la creciente preocupación internacional, las autoridades colombianas aún no han tomado medidas definitivas para gestionar la presencia de esta especie invasora.

La adaptación de los hipopótamos al ecosistema colombiano plantea desafíos significativos para la biodiversidad y la gestión de los recursos naturales en la cuenca del río Magdalena.

Mientras tanto, la comunidad científica y ambiental sigue alertando sobre los posibles efectos a largo plazo de esta inusual situación, subrayando la necesidad urgente de una respuesta coordinada para proteger el delicado equilibrio ecológico de la región.

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